viernes, 28 de septiembre de 2012

Cibernauta tímida



Comparto las primeras notas sobre cómo voy pudiendo –o no- apropiarme de este espacio virtual y convertirlo en un lugar de reunión.
En principio, no pude escuchar la consigna clara de que los textos pedidos eran cortos y podían ser tentativos. Todavía sigo reescribiendo frases para desarrollar ideas en un archivo de texto, bien guardado en alguna carpeta ad hoc. Por otro lado, ser generadora de contenido suena a algo muy consistente. Ante la pregunta: ¿cuál es el contenido que estoy creando? todo aporte se me antoja demasiado leve. Por último, la percepción de estar “entre muchos”, esa multitud con la que se va generando una extraña vivencia de conexión desde el casi anonimato, me genera algo así como hormigas… en el estómago.

La construcción de una identidad como autor, puntea Tíscar Lara (http://www.slideshare.net/tiscar/uso-educativo-de-los-blogs ), es un proceso que se encuentra con distintas resistencias. Nombra el miedo a ser plagiado, el elitismo científico y el descrédito en la red. Agregaría otras más llanas: la vergüenza de pensar en voz alta, la adrenalina de estar creando una voz propia que puede tener ecos incontrolables.

Un cambio en la forma de preguntar sobre cómo estar aquí surgió a partir de escuchar la conferencia de Hernán Casciari (http://vimeo.com/2660151), en la que contrapone la subjetividad del bloggero como aquél que usa la herramienta porque existe, sin tener claro para qué, con la de aquellos otros que usan el blog como herramienta de trabajo, que se definen por otras identidades –me gusta el plural en este punto-. Entonces, ahora me pregunto: ¿Qué tengo para decir? ¿Qué me apasiona o me obsesiona un poco, como dice el conferencista?

Sin ánimo de generalizar, me parece que algo de esta tensión voy a tener que considerar a la hora de proponer en el aula un blog como lugar para convertirse en escritor/autor. Una estudiante universitaria compartió esta semana la siguiente situación, que viene a cuento si estoy pensando sobre cómo habilitar el espacio de ensayo para iniciar el viaje de construir la voz propia:

“… me decía una compañera una vez, sobre que ella leía diferentes autores pero que nunca había pensado la posibilidad de que ella misma alguna vez podía ser productora de uno, poder producir nuevos conocimientos, nuevas situaciones que generen reflexión. Tal vez porque esta instalado el acudir a la institución educativa para “ser iluminado” por el saber de otro que en realidad representaría simplemente un punto de vista.”


Y pongo a disposición un textito que me dio fuerzas a mí para empezar a probar:


"El poema siempre es provisorio y variable. Baudelaire afirmó paradójicamente que corregir es más importante que hacer. Desde el comienzo del poema, hasta su aparente final, que no existe. Ningún poeta puede olvidar las infinitas variaciones posibles de su poema, ni tampoco el extremo cuidado que exige cualquier corrección. Bajo este ángulo se comprende la arriesgada hipótesis de Valéry: publicar las diversas versiones de cada poema. Pero, como ocurre con todo, para seguir adelante hay que elegir una de esas variaciones, que hasta puede en algún caso no ser la mejor."


Roberto Juarroz
Fragmentos verticales, Casi razón, 202

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